Taxco: el pueblo de las siete colinas
Situada en el estado de Guerrero, a cerca de dos horas por carretera de la Ciudad de México, la ciudad recibe el nombre de Taxco de Alarcón, porque el gran escritor y dramaturgo del Siglo de Oro nació en esta localidad que lo recuerda y conmemora con estatuas, leyendas callejeras y un festival literario.
Pasear por Taxco exige buenas piernas y calzado resistente ya que todo es cuesta arriba (o abajo) con suelos empedrados de adoquines que conservan su belleza y diversidad original.
El corazón de la ciudad
Curiosamente Taxco se fundó por casualidad. En 1521 Hernán Cortés mandó una patrulla a buscar estaño, mineral que necesitaba para mezclar con cobre y construir más cañones. La expedición regresó con muestras que contenían plata y Taxco comenzó su andadura. La antigua hacienda de Cortés es ahora un centro educativo.
Las minas de Taxco llegaron a ser el segundo centro minero más antiguo de América y, aunque se explotó la plata hasta tiempos recientes, hace 11 años que las minas están cerradas.
Sin embargo, las centenarias artesanías plateras siguen su pujanza dado que las piezas en plata de Taxco son mundialmente reconocidas.
El Templo de Santa Prisca, 1751-1758, con más de 250 años de antigüedad de estilo barroco novohispano, es el icono de la localidad. Sus dos enormes torres paralelas se vislumbran desde cualquier punto y constituyen el corazón de la ciudad de 60 mil habitantes.
Esta iglesia, una de las más relevantes de estilo churrigueresco del país, fue pagada en su integridad por el magnate de la plata de la época, José de la Borda, oficialmente aragonés.
Aunque cuentan las crónicas locales que no era aragonés sino francés, Joseph Gouax de la Borde, que cambió de nombre para integrarse mejor entre los españoles y evitar problemas con la Inquisición.
Joseph se recicló en José y qué mejor manera de pasar por “castellano viejo” que pedir permiso al Papa para construir y pagar de su bolsillo un gran templo del que haría sacerdote a su único hijo varón.
Un viaje en teleférico permite contemplar Taxco desde las alturas y más arriba aun desde el Cristo Monumental en el Cerro de Atachi, inaugurado el año 2002.
Mide más de 10 metros y la vista de la ciudad desde este cerro es inigualable. Hoy le falta una mano y la cabeza ha sido apuntalada debido a daños ocasionados por el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Los edificios religiosos por visitar son innumerables, como el templo del exconvento de San Bernardino de Siena, construido en 1592, que alberga las imágenes del Cristo de los Plateros y el Señor del Santo Entierro, uno de los templos más antiguos de América.
El Templo de Santa Prisca fue en su día el edificio más alto de México con una altura de 94.58 metros y la Parroquia de la Preciosa Sangre de Cristo, mejor conocida como Parroquia de Chavarrieta, tiene una plazoleta con mirador.