Todo sobre los jardines botánicos de México
La fascinación por los jardines como lugares de culto, observación y recreación es un legado que se remonta a los 1400, cuando Nezahualcóyotl diseñó el que se cree sería el primer espacio botánico de América, el Tetzcotzinco, en Texcoco, Estado de México. Envuelto entre aromas y las hermosas flores, el tlatoani encontró inspiración para escribir sus más poderosos poemas y abrazar, de alguna manera, a la Madre Naturaleza.
Años después, podemos aprovechar el cambio de estación para estremecer nuestros sentimientos, viajar y tomar un respiro en uno de los más de 30 jardines botánicos que existen a lo largo del país: en la playa, como en Vallarta; cerca de ciudades coloniales como San Miguel de Allende, o en la urbe, como el Jardín Botánico de la UNAM. Es una oportunidad de despedir al invierno rodeado de flores y plantas, ejemplares que reverdecen con los rayos primaverales del sol.
Además, de acuerdo con una publicación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), los jardines botánicos ha sido históricamente muy valiosos “Su actividad es realmente relevante tanto en la conservación de especies en peligro de extinción como en la reeducación de la sociedad respecto a la importancia básica de las plantas en la vida”, menciona el coordinador nacional de la dependencia, Dr. José Sarukhán Kermez.
Entonces, ¿por qué no rodearte flores y plantas en tu próxima expedición? Traza tu ruta verde en el mapa a explorar,reconoce las especies con las que cohabitamos en un sentido lúdico y retrospectivo, pues, afortunadamente, en los distintos sitios nacionales se contemplan actividades en las que puedes participar.
Que comience el recorrido
Si quieres ver un paisaje de cactáceas y bromelias, empieza por San Miguel de Allende Guanajuato, en El Charco del Ingenio (1),
un proyecto cuyos primeros trabajos de conservación están fechados en
1990. Su personal nos cuenta que, “sin contar la flora que crece en el
jardín botánico de manera espontánea, poseen una colección conformada
por alrededor de 500 especies pertenecientes a las cactáceas, 300
especies de la familia crassulaceae, conocidas como suculentas, 90
especies de agaves, y algunas especies de bromelias”
Los
trabajadores de este proyecto nos recuerdan que “los jardines cumplían
distintos propósitos desde el imperio mexica: hortalizas donde crecía la
milpa con sus distintas variedades de vegetales comestibles, jardines
destinados exclusivamente a la conservación de plantas medicinales cuyos
vestigios aún pueden observarse en las costumbres domésticas de la
gente de pueblos como San Miguel de Allende”, mencionan.
Durante tu estancia en el Charco del Ingenio puedes practicar
observación de aves acuáticas, recorrer senderos de matorrales, visitar
el conservatorio de plantas mexicanas, la plaza de los cuatro vientos,
la exposición de artesanías locales, la cafetería, el sendero de las
esculturas y la zona de plantas rescatadas.
Para los que se consideran fanáticos de las orquídeas, en el Jardín Botánico Vallarta (2)
encontrarán un paraíso. Aquí se resguarda una de las colecciones más
importantes del país de esta especie, 200 tipos de los mil 200 que hay
registrados en México. Además, tienen un proyecto para reproducir y
preservar magnolias, las primeras plantas con flores que aparecieron en
el planeta. Puedes complementar tu visita con distintas actividades como
la observación de aves, yoga, senderismo y recorridos culinarios con
plantación de vainilla. Además, no dejes de apreciar la vista
inigualable del restaurante de comida mexicana, La Hacienda de Oro,
platillos con decoración floral.
Los que gustan de tomar muchas fotos, seguro habrán visto en alguna plataforma online, el jardín Etnobotánico de Santo Domingo en Oaxaca (3).
Además de ser “fotogénico”, en este lugar se pueden conocer los
distintos tipos de vegetación que hay en todo el estado como la flor de
mayo; además, sirve de reservorio para la protección de numerosas
especies en peligro de extinción. También tienen un vivero, un banco de
semillas, un herbario, una biblioteca especializada.
Solicita una visita guiada para que conozcas más detalles respecto a su arquitectura, como el Patio del Huaje, diseñado por el artista mexicano, Francisco Toledo.
Mientras tanto, en el Jardín Botánico de Culiacán te esperan plantas de todo el mundo, en especial las palmas. Tiene alrededor de 180 especies. Integrantes de este espacio nos recuerdan que en este jardín “se resguarda una colección de plantas vivas previamente documentada para propósitos de investigación, conservación, educación y exhibición”.
Respecto a las actividades que puedes experimentar como turista están el audio tour, una visita a las colecciones botánicas y piezas de arte que hay en el recinto; además, es sede de conciertos, proyecciones de cine y del Encounter, el primer Skyspace de México Encounter, “un espacio diseñado con el propósito de transformar la experiencia del amanecer y del anochecer, es decir,los momentos cuando el firmamento tiene los cambios resplandecientes más intensos; haciendo que, ante nuestros ojos, el cielo se vuelva amarillo, rosa e incluso blanco, todo esto gracias al efecto de las luces artificiales de la estructura”, enfatiza el personal detrás de Jardín Botánico en Culiacán.
La urbe también tiene espacios que trabajan por mantener vivas las especies, el mejor ejemplo es el Jardín botánico del Instituto de Biología de la UNAM, considerado el segundo jardín más antiguo de México. Cuenta con más de 10 diferentes colecciones temáticas:plantas ornamentales, medicinales, tropicales y acuáticas, entre otras. A su resguardo encontrarás dalias, yucas, orquídeas, cactáceas, agaváceas y nopales silvestres. Además, tienen un jardín del desierto dedicado a la memoria de la Doctora Helia Bravo, pionera en el estudio de las cactáceas mexicanas.
Cuando estés ahí puedes inscribirte en sus talleres familiares, visitas temáticas y proyecciones; también programan actividades con fechas conmemorativas al ambiente, por ejemplo, el próximo 2 de marzo, el Día Mundial de la Naturaleza.
Este es un tan solo un pequeño asomo por los museos vivos que atesoran, reproducen y promueven la preservación de la fauna nacional y, en algunos casos,ejemplares internacionales que encuentran manos que los cobijan aquí, en México.