Cobá, donde la selva oculta sus secretos
Desde tiembos inmemorables la selva esconde secretos, oculta tesoros, devora civilizaciones y alimenta leyendas. La frondosa jungla de la península del Yucatán sepultó durante siglos antiguas ciudades mayas como Cobá, en el sureste de Quintana Roo.
Situada a unos 90 km al este de la mítica Chichén Itzá y a 47 al noroeste de la excepcional Tulum, Cobá fue descubierta por los viajeros y exploradores John Lloyd Stephens y Frederick Catherwood en 1843 y hoy se ha convertido en uno de los mayores reclamos turísticos de la Riviera Maya.
Una zona famosa también por sus bonitas playas de arena blanca y aguas turquesas que arropa el
Caribe mexicano y que atrae cada año a miles de viajeros. Un paradisiaco destino de sol y playa, con infraestructuras hoteleras exquisitas, pero también un destino cultural de primera magnitud que no le defraudará.
En medio de la selva, rodeada de lagunas y muy cerca de acuario natural de Xel-há, la situación de Cobá resulta de por sí mágica desde la entrada al sitio arqueológico. Le sugerimos acceder a él a primera hora de la mañana, abre a las 8.00, para evitar las excursiones masivas de los tours turísticos, que con su bullicio rompen la comunión con la naturaleza e interrumpen sus sonidos.
Desde la entrada, tendrá que cubrir unos 2 km antes de encontrar las primeras piedras, una distancia que puede hacer a pie, en bicicleta o en rickshaw –una especie de gran triciclo con conductor– si no quiere caminar ni pedalear.
En la antigua ciudad maya, gran parte de la misma permanece aún oculta –se calcula en unas 6.000 las estructuras que aún están enterradas–, se han encontrado 42 sacbé, las antiguas calzadas de piedra maciza típicas de los recintos ceremoniales de Yucatán. La más larga descubierta tenía unos 100 km y llegaba hasta Yaxuná, en las inmediaciones de Chichén Itzá.
A lo largo de la travesía podrá recorrerse el complejo de Las Pinturas, con restos de murales que alguna vez cubrieron paredes, mientras que el recinto de juego de pelota aún se mantiene bien conservado, sobre todo los anillos de 2,5 metro de alutra por donde debían pasar el móvil. El templo de la Iglesia será la pirámide más grande del lugar y dejará boquiabiertos a más de uno gracias a sus 24 metros de altura, combinados con la frondosa selva que avanza a pasos agigantados, arrasando con todo lo que tiene a su paso. De esta manera la visita generará múltiples hipótesis sobre que fue de Cobá y los misterios de su desaparición.
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