Factoraje financiero
Las empresas buscan contar con dinero en efectivo, o liquidez contable, como se suele decir en términos más específicos, es por eso que algunas buscan nuevas alternativas financieras para poder cumplir con ese objetivo.
En medio de esa búsqueda fue que se dio la aparición del denominado factoraje financiero, que de inmediato fue muy bien recibido por las PyMEs y que ha dado, y sigue dando, excelentes resultados.
Por lo tanto, aquí te contaremos todo acerca de este método que brinda ciertas ventajas a las empresas, y que les permite tener un respaldo económico.
Así que, si quiere estar interiorizado sobre todo lo que a factoraje financiero respecta, este es el artículo que deberás leer.
¿Qué es el factoraje financiero?
Ante todo, deberemos saber que el factoraje financiero es un método económico que se aplica en diferentes partes del mundo, o básicamente, en todos los países.
Esta estrategia le permite a los empresarios o a las empresas, contar con dinero en efectivo de forma rápida y con mínimos requisitos.
Lo que permite el factoraje financiero es cobrar de manera anticipada los cheques o documentos de pagos de los deudores, abonando solamente una cuota mínima por los gastos ocasionados en la transacción.
De este modo, las marcas cuentan con el dinero que necesitan para poder reinvertir, seguir produciendo o pagar diferentes gastos fijos, y tener una cierta tranquilidad económica. Es decir, que con este método podremos tener dinero que podrá ser utilizado para gastos diarios.
Por estos motivos, por su velocidad y practicidad por sobre todas las cosas, es que el factoraje financiero se ha vuelto una de las estrategias financieras de las empresas más elegidas del mundo.
Diferentes métodos
El factoraje financiero se abre paso en diferentes rubros de la mano de distintos métodos que le permiten seguir siendo una opción más que confiable y viable. Es por eso que, antes de embarcarnos en esta estrategia, deberemos saber cómo y de qué manera lo haremos.
Ante todo, deberemos saber que son tres partes las necesarias para que esto se pueda llevar a cabo: el cliente, la financiera y el deudor.
Una vez que estén todos los sectores que se involucran, ahí se determinará el método a aplicarse.
Puede ser factoraje sin recurso o con recurso. Con recurso, significa que en el caso de que el deudor no pague, la empresa cliente tendrá que asumir la deuda y pagar a la financiera. Y en el sin recurso, lo contrario
También está el factoraje doméstico, es cuando se compran facturas de ventas nacionales.
En caso de que se realicen exportaciones o importaciones, también se podrá aplicar un tipo de factoraje que se adapte perfectamente a estas transacciones.
Además, existe el factoraje corporativo, el de ventas ya realizadas, ventas futuras y el de créditos. Estos suelen ser muy requeridos por las empresas que necesitan cubrir ciertos montos previo a concretar ventas, justamente, para tener cómo invertir o pagar sueldos, por ejemplo.
Más allá de las variables que ofrece cada opción, también hay algo en común y es que se les permite a los clientes tener la posibilidad de tener un mayor conocimiento de la situación crediticia de sus clientes, de manera que puedan conocer cuáles tienen un buen historial de pagos a plazo.
Ganando tiempo y evitando gastos innecesarios que sí están presentes con otros métodos tradicionales como son los préstamos bancarios, por ejemplo, los clientes están al tanto de su actualidad financiera.
De este modo, las direcciones de las compañías van a tener la oportunidad de visualizar y graficar de una mejor manera su situación económica, y así podrán planificar a futuro con mayor certeza, sabiendo hacia dónde deberán direccionar sus acciones.
El funcionamiento del factoraje en México
Mediante diversas empresas, este método financiero ha llegado a México y ha demostrado dar sus frutos. Por lo que, claramente, se puede decir que llegó para quedarse, o al menos para sostenerse por un tiempo prolongado.
Con muy pocos pasos, y sin demasiados requisitos, los clientes van a poder realizar sus acciones y así obtener su dinero.
Ante todo, deberán emitir su factura. Una vez que la misma se haya generado, tendrán que cargarla a la plataforma digital de la financiera, en su mayoría de casos. Luego recibirán el adelanto de la factura que suele ser entre el 80 y 90% por ciento, con el monto correspondiente,. Una vez el cliente pague a la financiera, la empresa recibirá el saldo correspondiente menos una comisión por la transacción
Así, los clientes pueden contar con su dinero por adelantado y tener una liquidez contable que les dará el respaldo que necesitan.
A eso hay que sumarle que tienen la oportunidad de contar con asesoramiento personalizado para saber de qué manera proceder, contando con toda la ayuda necesaria y con gestiones totalmente transparentes.
Factoraje aplicado a nivel internacional
El factoraje financiero data del siglo XVII, con sus orígenes en Inglaterra y Estados Unidos, como consecuencia de conflictos financieros que se daban entre comerciantes de ambos países.
Desde ese momento y hasta la actualidad, este método evolucionó y creció de manera considerable, dándose a conocer de un modo global en la década del ’60, y desde entonces teniendo una suba del 8% anual según los análisis de los especialistas en el tema.
En la actualidad, el factoraje financiero se ha expandido a todo el mundo y se estima que aproximadamente medio millón de empresas trabajan con este método para regular sus finanzas. Esto se debe a que, tanto a importadores como exportadores, les permite comprar o vender con documentos de pago que ya tienen las condiciones preestablecidas.
Es por eso que empresas de México, Inglaterra, Estados Unidos, Argentina, Italia, Francia, Japón y demás países optan por este método para llevar adelante sus acciones.
De esta forma las empresas, ya sean pequeñas, medianas o grandes, no solamente contarán con dinero en efectivo para tener un cierto respaldo y mejor manejo de la situación, sino que recibirán asesoramiento para saber de qué manera encarar ciertas cuestiones que pueden llegar a darse en el mercado. Así sabrán cuándo asumir riesgos y cuándo no hacerlo, y también cómo manejar las cuestiones netamente financieras.